50 SOMBRAS…¿¿ASOMBROSAS??
¡Cuánto alboroto!, ¡cuánto marketing! ¿Qué tienen esas “50 Sombras de Grey” de asombrosas para cautivar a tantos lectores?, ¿o debería decir lectoras?
A pesar de intuir que se trata de literatura erótica de segunda, acabo sucumbiendo también… Al fin y al cabo, la sombra sólo es el reflejo de nuestra propia figura, así que quién mejor que uno mismo para salir de dudas…
Empiezo su lectura y la sensación que provoca en mi cuerpo y en mi mente es la misma que la comida basura: sé que es insana, sé que no me va a sentar bien, sé que no la comería cada día…pero es muy adictiva. No puedo decir que sea impecable a nivel literario, podría escribirla cualquier estudiante universitario (y de instituto). Recuerda a otras trilogías para adolescentes y ni siquiera es original con los nombres de los protagonistas, Christian Grey recuerda sospechosamente a Dorian. No puedo decir que sea extremadamente excitante, cualquier novela erótica relativamente conocida, “Nueve Semanas y Media”, “Historia de O” o incluso la española “Las Edades de Lulú”; dejarían esta novela a la altura de la sombra del betún. Además de estar repleta de mitos sobre la sexualidad, que no hacen más que alimentar las expectativas de jovencitas (y no tan jovencitas), probablemente truncadas por la realidad. El orgasmo exprés con dos embestidas del pene o con el simple roce de los pezones no es completamente imposible (véase el post “Orgasmos no genitales, ¿mito o realidad?” http://www.consultoriosex2.com/actualidad/orgasmos-no-genitales-mito-o-realidad/), pero son altamente improbables. No obstante la obra, contiene un “glutamato novelístico” que puede enganchar de principio a fin. ¿Será una reminiscencia a nuestra adolescencia? A esa etapa de indecisión, donde luces y sombras luchan encarnizadamente por prevalecer…
En cualquier caso, la novela tiene muchas sombras (más de 50, diría yo) y algunas luces…quizá pocas. Pero es de sobra conocido…por muy oscura que se encuentre una habitación, se ilumina con una pequeña bombilla. Y eso es lo que magistralmente hace su autora. Con pocos elementos de valor, construye un best seller con tintes de trilogía. Su mayor baza, apelar a la sombra…¿Quién no la tiene?, ¿Peter Pan? Hasta él la perseguía con desesperación. Y es que ya desde púberes tenemos ambas partes, las luces y las sombras. Algunas tradiciones ni siquiera entienden que las luces siempre se refieran a la bondad ni las sombras a lo contrario. Es su mayor baza, porque en el fondo plantea una reflexión tan elemental, que por obvia nos atañe a todos. Para poder estar en pareja hay que aceptar las luces y, sobre todo, las sombras de la otra persona…si somos capaces, claro. Este es el gran dilema, el hilo conductor de la novela…y de la vida en pareja.
Amén de esta obviedad (¿o quizá no tanto?), la novela está repleta de reiteraciones, ¿cuántas veces los protagonistas fruncen el ceño? Por lo visto su lenguaje no verbal está restringido a dos o tres tics. ¿Cuántos tópicos sexistas tamborileando hasta el final? Ya aburre la damisela en apuros abrumada por el hombre guapo y rico que la rescata de cualquier aprieto.
Y, lo más llamativo, ¿a qué se debe el éxito tremebundo de la novela? Sin duda resuena en una sociedad donde debe haber una constante que lo tiña todo, de lo contrario no se entiende. Y esa constante podría ser el modelo de sexualidad que nos venden y que hemos “comprado”. Un modelo de sexualidad coitocéntrico, gimnástico, centrado en el rendimiento y cada vez más desprovisto de humanización. A pesar de que la novela rezuma erótica descafeinada y predecible a cada paso, puede servir de estímulo a ciertas lectoras para alimentar sus fantasías y, sobre todo, aportar un aliciente añorado y olvidado: ¡¡sentirse deseadas hasta la extenuación!! Y además por un hombre que parece tenerlo todo: guapo, inteligente, rico, seguro de sí mismo, imaginativo, atento, seductor, sensual y, sobre todo, con una parte de sombra por descubrir…todo un misterio tentador…
Escrito por Laura C. Sánchez-Sánchez
Profesora de la Universidad de Almería
Doctora en Psicología Clínica y de la Salud, sexóloga
y neuropsicóloga
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Erotismo basura…no se merece un comentario más amplio.
Prefiero el porno-duro. . .el erotismo pequeño-burgués es como que te obliguen a meter sólo la puntita. . .
Aqui intentamos representar la Nueva Revolución Sexual Burguesa: http://shoppingwithapornstar.com/
Para tu placer visual. Winston Smith 2015 Spain
De un mal libro, una mala película. ¿Y quién va a leer un mal libro o a ver una pésima película? ¿BelénEsteban y asimilados? ¿Se acuerdan de Dan Brown y su bazofia El código DaVinci? Pues lo mismo.
A mi me parece que como todo no siempre los mejores son los que triunfan, pero algo sin duda bueno tendrá para llegar a ese alcance, aunque también pienso que una vez que la bola echa a rodar por la pendiente, solo crece hasta que para y revienta.
El caso es que viendo el fenómeno, está claro que es más de índole femenina, vamos que ha despertado sobre todo el interés de la mujer. Para mí la autora ha sabido captar perfectamente ese hilo de interés que a toda mujer la atrae o le interesa, quizás reflejado en ese cambio de sexualidad que vemos actualmente, con el acceso a todo tipo de información, la pornografía, las redes sociales etc. Y como no, el tema morboso. El caballero que muchas mujeres llevan en el subsconciente, ese hombre ideal, ya no es un higlander escocés salvaje e indomable de la novela romántica, es un Cristian Gray, igual de atractivo, seguro de si mismo, protector, seductor, héroe y rico, pero ahora toca temas más peliagudos, como el sadismo, el bondage, etc. La puerta misteriosa que esconde secretos inconfesables. Me parece a mi que en general, en neustra sexualidad y en nuestra sociedad, se está subiendo un peldaño más, y hay mucho interés y deseo de saber y conocer de él y eso para mi explica el éxito de ésta película. La sociedad y sobre todo las mujeres están evolucionando y temas como el BDSM ya no parece una cosa de pirados, trastornados o salidos o degenerados, ya suscita debate, interés y aceptación e incluso seguro que pasa a ser algo intrascendente. Si la cándida e inocente Anastasia puede abrir esa puerta… No entiendo eso sí, el debate moral, y por otro el fenómeno. Éstas prácticas llevan mucho tiempo ahí.
En fin, espero que el hombre de ahora, tal como describe la autora del artículo, no tenga que ir a la ferretería de la esquina a comprar instrumentos para estar a la altura de éste nuevo coitocentrismo y musculismo/imagen de James Bond perfecto que se lleva, o que la menos, el tío sencillo no quede relegado a soso simple sólo porque no le de por tener habitaciones oscuras y secretos inconfesables en su vida de mierda diaria.
Un saludo