Hombres y mujeres y viceversa
La cultura en que vivimos, aprendida desde la infancia a través de la educación, se ha encargado de enfatizar las diferencias entre hombres y mujeres. Aunque resulta innegable que existen múltiples contrastes entre hombres y mujeres a distintos niveles, especialmente sociales, resulta curioso que a nivel genital estas diferencias no sean tan marcadas como se cree. Diversos autores, han abordado esta cuestión. Entre ellos, nos centraremos en un artículo en castellano del Dr. Rodolfo Rey, que fue la conferencia inaugural del II Congreso de Anatomía del Cono Sur y XXI Congreso Chileno de Anatomía y XXXVII Congreso Rioplatense de Anatomía, titulado Diferenciación Sexual Embrio-Fetal: de las Moléculas a la Anatomía.
Entre otros aspectos, el artículo destaca el mismo origen embrionario para el clítoris y el pene. En otras palabras, el equivalente anatómico del pene no sería la vagina, sino el clítoris. Esta asunción tiene importantes repercusiones a nivel de la estimulación en pareja. Muchas mujeres llegan a consulta aquejadas de la ausencia de orgasmo durante el coito con sus parejas. En ocasiones, cuando preguntas si hay estimulación simultánea del clítoris (ya sea por ella misma o su pareja, con roce directo o indirecto), a menudo contestan que eso no tendría que ser necesario, ¿no? Sin embargo, no se sorprenden cuando, al hablar de masturbación, damos por hecho que estimulan su clítoris para alcanzar el orgasmo. Este falso mito, perpetuado a través del tiempo, tiene su origen en la distinción de Freud entre orgasmos clitoridianos y vaginales. Esta distinción, implicaba, según este autor, que la estimulación del clítoris sólo era normal en la mujer a una cierta edad, transcurrida la cual, debía llegar al orgasmo sólo a través de la estimulación vaginal. Y no sólo eso, sino que aseguraba que quienes no lo conseguían no habían alcanzado la madurez sexual suficiente y, por tanto, eran “inmaduras”. Resulta curioso este postulado de Freud, siendo médico y conociendo, supuestamente, la anatomía masculina y femenina. Desconocemos por obra de qué malabarismo de la naturaleza, el placer podría pasar de un lugar a otro en la mujer. Nos parecería descabellado, por otra parte, asegurar que los hombres maduros tienen que obtener su orgasmo a través de la estimulación exclusiva de los testículos y que, quienes lo hagan a través del pene son unos inmaduros. Sin embargo, no nos extrañamos cuando continuamos oyendo hablar de orgasmos vaginales y clitoridianos, lo que, sin duda, repercute en la frustración de muchos hombres y mujeres.
No podemos obviar que el clítoris posee una estructura interna, y no sólo externa, que podría justificar que un porcentaje pequeño de mujeres puedan alcanzar el orgasmo sólo con la estimulación vaginal (esto se discutirá en otras entregas). También es cierto que, cualquier persona puede, potencialmente, obtener un orgasmo a través de la estimulación de otras partes del cuerpo e incluso sólo con la mente (esto también se discutirá en otros números). Sin embargo, si atendemos al origen embrionario del pene y el clítoris, es fácil adivinar los lugares de mayor placer en hombres y mujeres. Por ejemplo, al igual que la zona del glande es muy sensible en el hombre y puede sobreexcitarse si se estimula directamente con fuerza, ocurre lo mismo en el glande del clítoris. De hecho, y salvando las diferencias de tamaño, podemos hacer un ejercicio de empatía, estimulando a la pareja según nos gusta que nos estimulen. Sin olvidar preguntar después…
Escrito por Laura C. Sánchez-Sánchez
Profesora de la Universidad de Almería
Doctora en Psicología Clínica y de la Salud, sexóloga
y neuropsicóloga
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