El abordaje de la sexualidad en los tratamientos de fertilidad
Si bien es cierto que en nuestros días se puede disfrutar de la sexualidad al margen de la reproducción gracias a los métodos anticonceptivos, también existe un gran número de personas que están interesadas en concebir hijos. No obstante, algunas parejas encuentran dificultades en este proceso y, en ocasiones, pueden recurrir a clínicas de fertilidad para ayudar a aumentar la probabilidad de que se produzca la fecundación.
Sin embargo, pocas veces se presta atención a las repercusiones negativas que puede tener, tanto la sexualidad en la reproducción, como la reproducción en la sexualidad, especialmente cuando existen problemas de fertilidad. Respecto a las repercusiones de la sexualidad en la reproducción, algunas disfunciones sexuales, tanto en el hombre como en la mujer, pueden hacer menos probable o incluso inviable la fecundación: vaginismo, dispareunia en la mujer; problemas de erección y aneyaculación en el hombre e incluso problemas de deseo en ambos. Obviamente, si el coito no se produce, ocurre sólo parcialmente, con baja frecuencia o no ocurre la eyaculación, difícilmente se producirá la fecundación. En estos casos, el abordaje de los problemas sexuales no sólo será una terapia coadyuvante de los tratamientos de fertilidad, sino que debe de ser una prioridad.
Por otra parte, también puede darse una repercusión negativa de los problemas de fertilidad en la sexualidad. Como consecuencia de estas dificultades, algunas parejas ven afectada diversas áreas de su sexualidad, al centrarse obsesivamente más en la reproducción que en el propio disfrute sexual. Cuando la sexualidad se transforma no en un fin en sí mismo, sino en un medio para alcanzar unos objetivos, podemos dejar de centrarnos en el placer de las sensaciones en el presente, porque nuestra mente se ha trasladado a lo que ocurrirá en el futuro, ya no está en el aquí y ahora. Desde este punto de vista, la afectación se puede producir no sólo en la sexualidad, sino en la pareja en general, tanto en: el vínculo afectivo, el erotismo, la identidad, etc.
En el vínculo afectivo: estas parejas pueden presentar problemas de comunicación, falta de apoyo, distanciamiento e incluso dudas sobre la continuidad de la pareja. Con referencia al erotismo, el hecho de centrarse en la práctica del coito programada encaminada a la fecundación, puede suponer una pérdida de la naturalidad y espontaneidad de las relaciones sexuales, percibiéndose en ocasiones como una obligación, más que como una manera de comunicarse y obtener placer mutuo. Por otra parte, puede acarrear un detrimento de otras prácticas sexuales diferentes del coito. Todo ello puede desembocar en una disminución del deseo, disminución de la lubricación, problemas de erección, dificultades para disfrutar o alcanzar el orgasmo, dolor durante la penetración, etc. Por último, respecto a la afectación de la identidad, cuando no se consigue el embarazo existen expresiones que se utilizan en nuestra sociedad que los descalifican, como “mujer frígida”, “hombre poco macho”, etc. Puesto que se tiende a confundir y mezclar la sexualidad con la reproducción, los hombres pueden llegar a sentirse menos viriles o masculinos y, las mujeres, menos femeninas.
En definitiva, si antes la sexualidad les resultaba divertida y placentera como fin en sí misma, cuando hay problemas de fertilidad y se centran en la reproducción, puede pasar a convertirse sólo en un medio para conseguir algo muy deseado. Cuando no es un medio suficiente, las relaciones sexuales pueden perder interés y pasar a ser una obligación, programada y carente de disfrute.
En estas circunstancias, se hace necesario el abordaje de la sexualidad y los problemas de pareja por parte de un/a sexólogo/a o un psicólogo/a especialista en temas de pareja. Algunos de los elementos a contemplar en esta situación son: promover momentos de intimidad con la pareja que no vayan siempre encaminados a las relaciones sexuales, intentar escuchar y empatizar con la pareja, recobrar el sexo centrado en el placer y no sólo en la reproducción, mantener relaciones sexuales no sólo en los días fértiles, promover el erotismo y otras prácticas sexuales diferentes al coito, etc.
Lo importante es no olvidar que la sexualidad no sólo es un medio para conseguir la fecundación, sino un fin en sí mismo, una actividad placentera y de comunicación con la pareja.
Tirado, M.M y Seijo, I. (2009). La sexualidad en parejas con problemas de infertilidad. En: Guías de evaluación, consejo, apoyo e intervención psicológica en Reproducción Asistida.
Escrito por Laura C. Sánchez-Sánchez
Profesora de la Universidad de Almería
Doctora en Psicología Clínica y de la Salud, sexóloga
y neuropsicóloga
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