Cuerpo a cuerpo: comunicación no verbal

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Es de sobra conocida la importancia de la comunicación en la pareja, para que las relaciones sexuales transcurran de la manera más satisfactoria posible para ambos. No obstante, no pocos tabúes limitan la fluencia de esta comunicación, especialmente en las etapas iniciales de una relación y, sobre todo, en relaciones sexuales esporádicas.

A menudo, los pacientes que acuden a consulta (y muchas otras parejas que no lo hacen) se quejan de la vergüenza que sienten al comunicar a sus parejas sus deseos, ritmos, inapetencias, momentos y lugares inspiradores, etc. Algunas de ellas, señalan llevar a cabo prácticas sexuales que en realidad no desean hacer, sólo por satisfacer a sus parejas, y lo contrario también ocurre, el hecho de no atreverse a pedirles que hagan una práctica sexual o hacerla de una manera determinada.

A este respecto, puede resultar de mucha utilidad para aquellas personas con especial dificultad para comunicarse verbalmente, emplear otro tipo de estrategias que se pueden llevar a cabo de manera aislada o combinada con las anteriores. Nos estamos refiriendo al empleo de la comunicación no verbal. Ésta se puede utilizar no sólo dentro de la seducción –habiéndose estudiado por autores como Mónica Moore– sino también durante las relaciones sexuales. Son una manera sencilla y práctica de mostrar a la otra persona lo que nos agrada y lo que no, dejando que sea el cuerpo quien hable. Por ejemplo, si te gusta que te acaricien la nuca y, poco a poco, inclinas el cuello (de espaldas a la pareja), respondiendo positivamente a las caricias en esta zona; será muy diferente a retirarte si no te gusta este tipo de estimulación. Podemos también dirigir la mano de la otra persona con la nuestra hacia el lugar deseado o al ritmo e intensidad necesario. Resulta fácil adivinar muchas otras estrategias siguiendo esta actitud, se trata sencillamente de darle la palabra al cuerpo y escuchar lo que dice…

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