El sexting: evaluando sus consecuencias positivas y negativas

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El sexting consiste en enviar, reenviar o recibir fotos de desnudos o semidesnudos, vídeos y/o mensajes de texto de contenido sexual. Según un estudio reciente, es una práctica que podría acarrear consecuencias negativas a largo plazo.

La palabra sexting es un neologismo, surgido de la unión entre sex y text (en inglés) o sexo y texto (en castellano). Esta práctica ha recibido bastante atención mediática, especialmente por las repercusiones legales de distribuir material sexualmente explícito sobre adolescentes y otros menores de edad. Pudiendo acarrear consecuencias también entre adultos cuando se difunde a terceros, o masivamente, material sin consentimiento previo. El acceso generalizado a las nuevas tecnologías, los avances en cuanto a los servicios que ofrecen y la inmediatez, han hecho posible que las parejas las utilicen, no sólo para flirtear o seducir, sino también para el envío de material sexualmente explícito.

El uso de los mensajes de texto entre adolescentes y adultos jóvenes es la forma preferida para comunicarse en el seno de una relación, como una manera de recordarle a la otra persona que “alguien está pensando en él/ella”.

En el estudio reciente realizado por Burke, Smith, Brinkey y Knowx (2014), 1652 estudiantes universitarios completaron una encuesta online anónima sobre este tema. De las 27 preguntas que contenía, en una parte se les preguntaba por información demográfica (sexo, edad, nivel socioeconómico, etc.) y en las 22 restantes sobre conductas de sexting y sus actitudes hacia la mismas.

Los resultados revelaron que un 26% de quienes respondieron a la encuesta habían llevado a cabo alguna vez conductas de ‘sexting’ en general y un 38,7% informaron haber enviado un texto de contenido sexual o una foto a un/a novio/a.

Aunque no se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres, hubo un mayor porcentaje en recibir fotos de desnudos entre hombres (50%) que entre mujeres (39%). De aquellos que habían recibido una foto de un desnudo, un 65% refirió una actitud positiva hacia la recepción de la foto (felicidad, excitación, mayor probabilidad a tener relaciones sexuales esporádicas con esa persona, etc.), mientras un 20% mostró actitudes negativas (enfado, intimidación, desacuerdo, etc.). El resto del grupo sintió diversión. Las mujeres se sintieron significativamente más presionadas a enviar textos sexualmente explícitos o fotos que los hombres.

Algunos ejemplos de mensajes insinuantes fueron: “Deberíamos tener sexo”, “Pareces caliente”, “Estaba pensando en ti mientras estoy tumbado/a en la cama”. Mientras algunos de estos mensajes sugerentes se enviaban a novios/as actuales (58%), otro porcentaje de ellos (22%) se enviaban a una futura cita o a una posible relación sexual esporádica.

En general un 59% de ellos tenían una actitud positiva hacia recibir un mensaje de este tipo. En cuanto a las consecuencias percibidas, casi la mitad de los encuestados (46%) tuvieron una percepción positiva de aquellos que enviaban fotos desnudas. Sin embargo, un 21% de los hombres consideraron “golfas”, a quienes los enviaban, frente al 11% de las mujeres que opinaba de esta manera. No obstante, menos de la mitad (46%) pensaron que una consecuencia del sexting podría ser que otros los percibieran como “golfos/as o fáciles en la vida real”. Por otra parte, menos de la mitad (36%) identificaron consecuencias negativas específicas, como problemas con la ley (35%), en la universidad (32%) o en su futuro empleo (40%).

Lo que se desprende de los datos es que, a pesar de existe una actitud general positiva hacia el sexting (utilizado entre parejas estables o esporádicas), también conviven con algunas actitudes sexistas (como considerar una golfa a quien los envía) y con posibles violaciones a la intimidad del autor (como el reenvío de las fotos/vídeos/mensajes recibidos a terceros sin consentimiento de éste).

El artículo conduce a la reflexión sobre la necesidad de una educación sexual integral, que incluya educación en valores, aspectos legales de estas prácticas, educación en igualdad de género, etc., que conlleven un buen uso y no un abuso de esta práctica.

Referencia:
Burke, S., Smith, K., Brinkey, J. y Knowx, D. (2014). Sexting on the College Campus. Electronic Journal of Human Sexuality, 17.

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