El alcohol excita pero retrasa el orgasmo

A muchas mujeres (y hombres) os habrá pasado que tras varias copas os sentís más excitadas mentalmente, pero una vez en acción no hay manera de llegar al orgasmo.

Esta aparente contradicción se puede comprender si analizamos cómo actúa el alcohol en el cerebro y en el sistema cardiovascular.

Primero imaginad al cerebro con dos áreas: una más primitiva en el sistema límbico responsable de lanzar mensajes instintivos (come! lucha! aparéate!) y otra más sofisticada en justo encima de tu frente ejerciendo juicios más racionales (si comes vas a engordar, los problemas se solucionan dialogando, no debería acostarme con alguien del trabajo…).

Imagina también tu comportamiento final como un balance entre ambas fuerzas de excitación e inhibición. Si eres más primate mandará la primera, y si menos decidirá la segunda.

Ahora ten en cuenta que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Es decir; “apaga” o ralentiza tu cerebro y respuesta nerviosa. Por eso habiendo bebido controlas peor los movimientos, reaccionas más tarde y, teniendo “apagado” el freno racional que ejerce el córtex prefrontal, te sientes más deshinibida y descontrolada. Esta deshinibición te hace sentir excitada mentalmente, pero importante: genital y físicamente no lo estás.

Tus sentidos y nervios están también “ralentizados”. Por eso tienes la impresión subjetiva de estar muy excitada (sin inhibición racional), pero menor sensibilidad para alcanzar el orgasmo. En otras palabras: De la misma manera que si te das un golpe habiendo bebido bastante te duele menos, si te acarician sexualmente sientes menos placer.

También es importante considerar que el alcohol afecta al sistema cardiovascular, y si te pasas mucho, impide que tu cuerpo bombee sangre con fuerza a los genitales. Por eso un chico puede estar salidísimo, pero sufrir un gatillazo. Y lo mismo os ocurre a las chicas: puedes sentirte mentalmente excitadísima, pero tener un gatillazo de clítoris (no erección externa o interna), y tener mucha menos sensibilidad genital.

Un último detalle fisiológico: Para llegar al orgasmo hace falta activar el sistema nervioso simpático; un mecanismo que pone al cuerpo en alerta de manera inmediata ante una amenaza. Con exceso de alcohol cuesta muchísimo activar este sistema nervioso simpático. Es por eso que no das el volantazo si estás conduciendo, o que teniendo sexo te puede costar horrores llegar al orgasmo.

Cuando el alcohol ayuda

Este último punto puede ser una ventaja para chicos con tendencia a terminar antes de lo deseado. Con cuidado de no pasarse para evitar el gatillazo, un poco de alcohol puede “desensibilizar” y retrasar la activación del sistema nervioso simpático propia del orgasmo.

También es cierto que en algunas mujeres ocurre todo lo contrario: tomar un poco les ayuda a alcanzar el clímax. Pero eso suele ocurrir en casos con bloqueos mentales que generan tensión e impiden que se dejen llevar hasta alcanzar el máximo grado de excitación. En estas condiciones, “apagar” el cortex prefrontal puede ser un buen apoyo. Pero sin pasarse. Mucho acohol calienta la mente, pero enfría los genitales.

---

Con info de:: S=EX²: La Ciencia del Sexo